La dieta carnívora, que excluye completamente frutas y verduras, centrándose solo en carne, ha generado un debate creciente por sus supuestos beneficios para la salud.
Personas como Mikhaila Peterson afirman haber superado condiciones graves, incluyendo depresión, ansiedad, artritis y migrañas, tras adoptar esta dieta.
Su experiencia, junto con la del Dr. Shawn Baker sugiere que el consumo exclusivo de carne podría abordar problemas de salud tradicionalmente asociados con elecciones dietéticas incorrectas.
Un aspecto destacado es la mejora de la salud intestinal.
Quienes siguen una dieta carnívora estricta reportan una reducción en problemas gastrointestinales, menor producción de gases y mejoras en la pérdida de peso y la presión arterial.
Esto desafía la creencia general de que una dieta rica en fibra es esencial para la salud digestiva.
De hecho, estudios muestran que dietas altas en fibra pueden empeorar el estreñimiento y condiciones inflamatorias, mientras que dietas sin fibra no causan efectos adversos significativos.
La anatomía humana también respalda esta perspectiva.
A diferencia de los herbívoros como los gorilas, nuestros intestinos están diseñados para digerir carne y grasa. Además, una dieta basada en carne produce menos desechos, beneficiando a quienes padecen trastornos intestinales severos.
Un estudio con casi 2,000 participantes en dieta carnívora reveló que el 97% mejoró su salud intestinal, cuestionando la necesidad de fibra.
Otro tema importante es el manejo de la diabetes.
Los resultados muestran que la mayoría de los practicantes experimentaron mejoras significativas en marcadores de salud.
Esto desafía la idea de que la carne roja contribuye negativamente a la salud metabólica.
Además, eliminar alimentos vegetales puede reducir la ansiedad y mejorar el bienestar general.
Se argumenta que muchas plantas contienen toxinas y antinutrientes que afectan la salud humana, mientras que la carne aporta todos los nutrientes esenciales en formas más biodisponibles.
El debate también aborda compuestos como los oxalatos y lectinas, que pueden dañar el intestino, y la limitada absorción de nutrientes de fuentes vegetales.
En contraste, alimentos de origen animal proporcionan nutrientes clave como yodo, hierro y vitaminas B, fundamentales para la función cerebral.
Estudios relacionan una menor ingesta de carne con mayor riesgo de depresión y muestran cómo la inflamación influye en problemas de salud mental.
Aunque faltan investigaciones específicas sobre dietas carnívoras, los estudios sobre dietas cetogénicas respaldan sus beneficios antiinflamatorios y estabilizadores del estado de ánimo.
Historias de éxito incluyen pérdida de peso y resolución de enfermedades autoinmunes, pero la dieta no es ideal para todos.
Figuras como Jordan Peterson han prosperado con ella durante años, mientras que el Dr. Paul Saladino reincorporó carbohidratos para abordar desequilibrios de electrolitos y hormonas.
¿es la dieta carnívora útil para ti?
Cada caso es único y es mejor valorarlo.
Si quieres una valoración, pulsa en Contáctanos.