Los protectores estomacales, no protegen el estómago.

Al menos no en el sentido de cuidarlo.

Le quitan su función y por eso no tienen síntomas. Tu estómago tiene que trabajar a 2 grados, no a 7 grados.

Es nuestro diseño.

Igual que estamos diseñados para movernos, para caminar.

Y si nos rompemos las piernas, tendremos que ir en silla de ruedas. Y la silla de ruedas no es mala ni buena per se.

Lo malo es si no trabajamos la recuperación de las piernas y solo usamos la silla de ruedas, nunca podremos dejar de usarla.

Y es peor aún.

Cuanta más silla de ruedas, piernas más débiles, y esto convierte a la silla de ruedas en más necesaria. Entramos en el círculo vicioso.

Los protectores estomacales son como una silla de ruedas. No curan nada, pero pueden ser útiles durante la recuperación.

Si hemos tenido Helicobacter Pylori, lo eliminamos, pero no tratamos el daño en la capa de la mucosa, nunca podremos quitar el “protector estomacal”.

 Y al no quitarlo, nuestro estómago no tendrá ácido.  

Y a menos ácido, menos reparación de la mucosa. Y a menos reparación, menos ácido y así sucesivamente.

Y nos diagnostican gastritis crónica. Y pensamos que tendremos ese problema para siempre.

Pero ¿Y si quitamos el protector, y recuperamos la función del ácido clorhídrico?

La acidez repara la mucosa. Y la mucosa favorece la producción del ácido.

Y si hay más ácido, hay más reparación de la mucosa. Y si reparamos la mucosa, mejoramos aun más la producción de ácido.

Y entonces convertimos el círculo vicioso en un círculo virtuoso.

Y no solo eso.

Si seguimos trabajando este proceso, esa gastritis crónica, dejará de ser crónica y será cosa del pasado.

En nutrición Stellae quitarás los protectores estomacales y romperás el círculo vicioso, tratando la causa.